martes, 11 de enero de 2011

DIABETES E HIPERTENSION ARTERIAL


Existe una relación recíproca entre las posibilidades de desarrollar HTA y DBT.Por una parte, la incidencia
de DBT entre los hipertensos es de un 29,1 por 1000 individuos/año, contra un 12 por 1000/año entre los
normotensos.Estas cifras significan un riesgo relativo del 2,43. Asimismo el tratamiento de la HTA con
beta bloqueantes aumenta las posibilidades de la aparición de DBT 2 en un 28%.

Desde el otro punto de vista,la HTA se presenta en el 20-40% de los pacientes con tolerancia alterada a la
glucosa, en un 30-50% de los diabéticos tipo 2 y en el 40% de los tipo 1 y sería la responsable de un
75% de las complicaciones cardiovasculares.
Es decir que la DBT predispone a la aparición de HTA y ésta,a su vez, facilita el desarrollo de aquella.

El contexto en el que se presenta la HTA difiere según consideremos la DBT tipo1 o la tipo 2:
En la tipo 1 habitualmente se asocia a la presencia de nefropatía diabética, a lo largo de varios años de
evolución y en un 30-40% de los pacientes. En este grupo la causa mas frecuente de mortalidad es la
cardiovascular, en una proporción similar a la de los diabéticos tipo 2. Es as í que el riesgo de enfermedad
coronaria en la DBT tipo 1 se limita casi exclusivamente a aquellos con nefropatía. Como el adecuado
control de la glucemia prevendría el daño renal, este sería uno de los elementos de mayor importancia en
la profilaxis de la enfermedad cardiovascular.

En la DBT tipo 2 la situación se presenta de manera diferente. Habitualmente le HTA precede,y a veces por
varios años, a la aparición de la DBT. En el HDS (Hypertensión in Diabetes Study) por ejemplo, un 33% de
los hombres y une 46% de las mujeres con diagnóstico reciente de DBT 2 eran hipertensos (criterio
diagnóstico de PA igual o superior a 160/90 mmHg). Estos pacientes tenían, a su vez, mayor índice de
masa corporal que los normotensos,mayor hipertrigliceridemia y nivel de insulinemia, con una prevalencia
de enfermedades cardiovasculares superior. Es decir que, al momento de diagnosticarse este tipo de
diabetes ,muchos pacientes tienen enfermedad cardiovascular, hipertensión y dislipemia que evolucionaron
a lo largo de varios años,precediendo a la hiperglucemia.

Consumo de sal en España

Los españoles duplican la ingesta de sal recomendada por la Organización Mundial de la Salud 


El 80% de los españoles duplica el consumo de sal recomendado por la OMS y con ello dispara el riesgo cardiovascular. Leer más

Tabaquismo e hipertensión

Fumar menos ha reducido un 12% el número de infartos en España.

 

Según el responsable del Servicio de Cardiología Intervencionista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el doctor Eulogio García; la incidencia de los infartos de miocardio agudos ha disminuido un 12 por ciento en España debido al progresivo abandono del tabaquismo detectado en los últimos dos años entre los fumadores de mediana edad. Leer más

lunes, 13 de diciembre de 2010

Hipertensión


El corazón es el órgano del cuerpo humano encargado de bombear la sangre hacia todos los compartimentos del organismo a través de una serie de conductos que son los vasos sanguíneos. La sangre circula por dichos vasos ejerciendo una determinada presión sobre sus paredes, y a esta presión se le denomina presión arterial. 
Cuando el corazón se contrae (sístole) la sangre es impulsada al árbol arterial y en este momento la tensión es máxima o sistólica y cuando se relaja (diástole) la presión es mínima o diastólica. Por lo tanto la presión se expresa por dos valores:
Presión arterial máxima o sistólica.
Presión arterial mínima o diastólica.

La presión arterial no es siempre la misma. A lo largo del día se van produciendo aumentos y descensos normales dependiendo de la actividad que se realice o del estado emocional en que nos encontremos.
El ejercicio, la comida, las preocupaciones, pueden producir un aumento temporal de la presión arterial, mientras el sueño y el descanso producen un descenso de la misma.
 La medición de la presión arterial se hace en mm de mercurio y sus valores normales dependen de la edad (aumenta con la edad) y del sexo (es menor en las mujeres ). Los valores normales oscilan entre los 90/60 de mínima y 120/80 de máxima. Valores por encima de los 130/90 mm de Hg indican una tensión arterial elevada o hipertensión.

QUE ES LA HIPERTENSIÓN?

En algunas personas, esa fuerza con que la sangre circula por el organismo (presión arterial) se encuentra aumentada de forma crónica, decimos entonces que hay hipertensión arterial.
La hipertensión es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y dejada a su evolución sin tratamiento puede ser que el primer síntoma que de ella se tenga sea una complicación severa como un infarto de miocardio o una hemorragia o trombosis cerebral, etc, cosa que se puede evitar si la tratamos y controlamos adecuadamente.
Los valores límites hoy aceptados como normales son 140 mm de Hg para la presión arterial sistólica y 90 mm de Hg para la diastólica.

El perjuicio que sobre nuestro organismo produce la hipertensión arterial ha sido desconocido durante mucho tiempo. Hasta los años sesenta no se demostró con claridad que mantener la presión elevada producía complicaciones severas para la salud (hemorragia cerebral, angina de pecho, infarto de miocardio e insuficiencia cardiaca congestiva) y que una reducción sostenida de las presiones arteriales aumenta de forma significativa los años de vida del paciente, puesto que disminuye los incidentes cardiovasculares característicos en estos pacientes.
La diferencia de supervivencia que hay entre un individuo con cifras normales de presión arterial y un hipertenso se debe a que en el hipertenso las arterias se endurecen a medida que van soportando la presión alta de forma continua, se hacen más gruesas y tortuosas, pudiendo verse dificultado al paso de sangre a su través. Esto se conoce con el nombre de arteriosclerosis y está acelerada en las personas hipertensas.
Por lo tanto, la gravedad de la hipertensión esencial reside en que constituye un importante factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares y que cursa de forma asintomática.

FACTORES CONTRIBUYENTES
No se han descrito causas específicas que provoquen este tipo de patología en el ser humano, pero sí ese han observado una serie de factores principales y secundarios que contribuyen a su desarrollo. Dentro de los factores principales tenemos la herencia, la raza, el sexo, la edad y el sobrepeso. Luego tenemos también otra serie de factores secundarios que también influyen como pueden ser la sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales y un estilo de vida sedentario.


HERENCIA
De padres a hijos se trasmite una tendencia o predisposición a desarrollar cifras elevadas de tensión arterial. Se desconoce su mecanismo exacto, pero la experiencia acumulada demuestra que cuando una persona tiene un progenitor(o ambos) hipertenso/s, las posibilidades de desarrollar hipertensión son el doble que las de otras personas con ambos padres normotensos.
Si usted descubre que en su familia existen parientes cosaguineos que han sufrido ataques cardiacos (infarto de miocardio) a edad temprana (menores de 50 años) o hipertensión arterial, tanto usted como su familia deberán tomarse la tensión con cierta regularidad.
Como carecemos de momento de medio para identificar el gen o los genes (en el caso de que intervengan los genes realmente en este proceso). Lo que podríamos hacer es insistir en la conveniencia de que los hijos y descendientes de las personas hipertensas se tomaran la tensión arterial una vez al año ( en cualquier caso todos nos tendríamos que tomar la tensión arterial con esa periodicidad) y que estas personas presentaran especial atención a los factores que elevan la tensión arterial y que se han llamado modificables y por tanto susceptibles de control como la obesidad, el exceso de sal en la dieta, consumo elevado de alcohol y la vida sedentaria.

SEXO
Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres hasta que estas llegan a la edad de la menopausia, a partir de la cual la frecuencia en ambos sexos se igualada.
Esto es así porque la naturaleza ha dotado a la mujer mientras se encuentra en edad fértil con unas hormonas protectoras que son los estrógenos y por ello tiene menos riesgo de padecer enfermedades cardio-vasculares. De esta forma la naturaleza protege a la mujer asegurando la procreación. Sin embargo, en las mujeres más jóvenes existe un especial riesgo cuando toman pastillas anticonceptivas.

EDAD Y RAZA
La edad es otro factor, por desgracia no modificable, que va a influir sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con la edad y lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos en los grupos de más edad.
En los países industrializados la frecuencia de hipertensos entre la población mayor de 65 años es de casi el 60% lo que no quiere decir que por ser frecuente la hipertensión en los ancianos, esto sea lo normal ya que ser hipertenso a cualquier edad conlleva aumento del riesgo cardiovascular, es decir, del riesgo de padecer complicaciones como infarto de miocardio, hemorragia o trombosis cerebral, insuficiencia renal,etc.
En cuanto a la raza, únicamente señalar que los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de desarrollar hipertensión que los de raza blanca además de tener un peor pronóstico.

SOBREPESO
Independientemente de los factores no modificables que condicionan la hipertensión arterial otros factores a los que llamamos ambientales (estilo de vida, dieta, etc) son capaces de poner de manifiesto la enfermedad de forma más leve o más severa. En este sentido, indudablemente, en la gran mayoría de los casos, el nivel de presión arterial e incluso la hipertensión arterial es el resultado del estilo de vida de una persona. La realción que existe entre peso y presiones arteriales, y entre sobrepeso e Hipertensión, se conoce desde hace muchos años, y la reducción del sobrepeso se utiliza en el tratamiento de la misma también desde hace mucho tiempo.
Hay que partir del hecho de que un individuo con sobrepeso esta más expuesto a tener más alta la presión arterial que un individuo con peso normal. A medida que se aumenta de peso se eleva la tensión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres.
La frecuencia de hipertensión arterial entre los obesos, a cualquier edad que se considere, es entre dos y tres veces superior a la de los individuos de la misma edad que esten en su peso ideal.
No se sabe con claridad si es la obesidad por si misma la causa de la hipertensión o si hay un factor asociado que aumente la presión en personas con sobrepeso, aunque las últimas investigaciones apuntan a que a la obesidad se asocian otra serie de alteraciones que serían en parte responsables del aumento de presión arterial. También es cierto, que a la reducción de peso hace que desaparezcan estas alteraciones.




CONSECUENCIAS DE UNA TENSIÓN ARTERIAL ELEVADA

Puesto que se trata de una enfermedad silenciosa, sus síntomas no serán visibles hasta pasados unos años después de la aparición de la enfermedad y se observarán en primer lugar en los riñones, el corazón, los ojos, el cerebro y todo el árbol arterial.
La presión elevada hace que aumente el trabajo del corazón, el cual aumenta de tamaño y puede llegar a fracasar, a lo que llamamos insuficiencia cardíaca.
El primer riesgo es el infarto de miocardio, un hipertenso no tratado tiene, como media, 10 veces más riesgo de morir de infarto que un individuo con tensión normal.
La continua presión dentro de las principales arterias del cerebro puede llegar a producir trombos o rupturas arteriales, pudiendo dar lugar a hemorragias, daño en las células nerviosas, pérdida de memoria, parálisis, etc.
El riñón también sufre las consecuencias de la hipertensión arterial y entre los pacientes hipertensos se produce insuficiencia renal con mas frecuencia que entre los pacientes normotensos.
Los pequeños vasos del fondo del ojo, también se ven amenazados por la hipertensión, su rotura produce hemorragia llegándose incluso a la pérdida de la visión.
MEDICION DE LA PRESION ARTERIAL

Saber si está controlada la hipertensión es fácil. Basta con medir la tensión arterial con un aparato llamado esfigmomanómetro que puede ser aneróide o de mercurio que es el más utilizado hoy en día por los médicos o también puede realizarse con un aparato de medición automática. 

Existen tres tipos de aparatos para medir la presión arterial:
Esfigmomanómetro de mercurio, es el más exacto y menos expuesto a errores, para su uso se requiere un fonendoscopio.
Esfigmomanómetro de aire, es el más utilizado y es también un aparato preciso e igualmente necesita de un fonendoscopio para su uso.
El aparato electrónico, este tipo de aparato se utiliza mucho para realizar el autocontrol, no necesita fonendoscopio porque lleva un detector del pulso incorporado, es de fácil manejo. Se trata de un aparato muy sensible a los ruidos y a los movimientos, para que los valores obtenidos sean exactos, es necesario que el brazo no se mueva y que no se hable. 
En general, se considera importante disponer de un medidor de tensión arterial en cada vivienda con el fin de ayudar a detectar posibles patologías cardiovasculares de manera precoz.

Además de que el aparato esté en buenas condiciones, para medir la presión arterial se requiere que el sujeto cumpla una serie de condiciones:
  • Debe estar relajado.
  • Sentado y con el brazo derecho sobre la mesa.
  • Sin que la ropa le presione el brazo.
  • Las piernas no deben estar cruzadas.
  • Con la vejiga urinaria vacía.
  • Sin haber comido, fumado, bebido alcohol ni hecho ejercicio físico pesado en los treinta minutos anteriores a la medición.
VARIACIONES NORMALES DE LA TENSION ARTERIAL

Con independencia del estado de salud que se tenga, la presión arterial de cualquier persona no es constante sino que sufre muchas variaciones normales durante el día, aunque se mida siempre en reposo.
Las cifras de presión arterial siguen un ritmo a lo largo de las 24 horas, que se reproduce de un día a otro y se llama ritmo nictemeral de la presión arterial, de manera que las cifras de presión son más altas durante el día y se reducen durante el sueño. 
Existen una serie de factores que contribuyen a la variación de la tensión arterial a lo largo del día a día: 

  • El esfuerzo físico.
  • Un cambio de tiempo, el frío.
  • El traslado a un lugar de clima diferente.
  • Emociones fuertes, el dolor, el miedo.
  • Tensiones psíquicas, conducción de automóviles, hablar en público, discusiones enérgicas, ruidos.
Además, la toma de la presión arterial hace que se produzca una reacción de alerta que tiende a elevarla, a medida que se repiten las tomas de presión arterial, esta tiende a bajar. Por eso no está de más que se tomen dos o tres veces las presiones y se considere la última o la media de todas como presión real.

Es importante, por tanto, llevar a cabo una toma de tensión regularmente en su propia casa, no obstante, el paciente no debe tomar decisiones sobre el tratamiento en función de las presiones tomadas por él mismo. No tomar la siguiente dosis del fármaco prescrito por el médico porque la tensión está en ese momento controlada es una actuación bastante habitual y con ella lo único que estamos consiguiendo seria provocar grandes oscilaciones de las presiones arteriales que dañan mucho las paredes de los vasos sanguíneos.
Lo que hay que hacer, por lo tanto, es anotar las presiones y la hora a la que se la han tomado para posteriormente suministrar dicha información al médico en el curso de cada visita.

Bienvenid@s

Este blog nace con la idea de explicar de manera generalizada el concepto de hipertensión arterial y profundizar un poco en los mecanismos de tratamiento y prevención de dicha patología, con el objetivo de hacer llegar a la población los conocimientos necesarios para afrontar y luchar contra sus posibles efectos adversos.
Esperemos que les sea de utilidad y que les guste nuestro trabajo. Un saludo.